Boletín 90 | La observación electoral es un blindaje a la democracia

Primera quincena, septiembre de 2022

Las promesas incumplidas de los procesos de democratización han contribuido a la crisis del modelo, exacerbando las insatisfacciones. A propósito de este Día de la Democracia, recordamos que Venezuela es el segundo país de la región donde sus ciudadanos apoyan en mayor medida el sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo

Cada 15 de septiembre, desde 2007, se conmemora en el mundo el Día Internacional de la Democracia. Desde su proclamación, Naciones Unidas lo entiende como una oportunidad para recordar que la democracia es un proceso y un objetivo, que debe centrarse en las personas y que debe ser entorno para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos.

El principio de celebración de elecciones periódicas por sufragio universal es, claro está, un elemento esencial de la democracia, de acuerdo con la ONU. Pero no el único. En muchos países, las clases políticas todavía quieren hacer creer a sus ciudadanos en aquella fórmula reduccionista “elecciones igual a democracia”; es decir, donde hay elecciones, sean como fueren en garantías y condiciones, automáticamente hay democracia, sin más.

Las elecciones, ciertamente, siguen siendo el centro de la democracia, no solo desde el punto de vista de la práctica política sino también desde el punto de vista teórico, aprecia, de entrada, el profesor del área de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Salamanca, Guillermo Boscán. “Sin elecciones no hay democracia”, abrevia.

Ahora bien, las elecciones tienen necesariamente que estar rodeadas de una serie de garantías y condiciones para ser válidas y considerarse legítimas. “No cualquier elección es suficiente”, advierte Boscán, venezolano y docente de la asignatura Teoría de la Democracia en la universidad más antigua de habla hispana.

En consecuencia, esta definición mínima de democracia (la electoral) no es suficiente. Podemos terminar de redondear esta discusión repasando que las elecciones periódicas, auténticas y competitivas (unas buenas elecciones, como solemos llamarlas en el OEV) son una condición necesaria mas no suficiente para la caracterización de los sistemas democráticos modernos.

En esta misma línea, Boscán toma en cuenta lo que los teóricos llaman “democracia de salida”, la cual se basa en las respuestas del sistema político a los problemas básicos de la gente. “No se trata de una cuestión ideológica, se trata de una cuestión operativa. Es en la resolución de los problemas de los ciudadanos en donde reside el centro de la legitimidad del sistema y su funcionamiento”, ilustra el académico, en entrevista con el OEV.

El más reciente mapa mundial del índice de democracia de The Economist.

Modelo en crisis

Que la democracia como sistema está en crisis es una idea que descansa sobre evidencias tanto cuantitativas como cualitativas.

Cuantitativamente, el más reciente Índice Global de la Democracia de The Economist resulta demoledor: si hacemos énfasis en la región, el 98 % de los latinoamericanos no vive en una democracia plena. Las excepciones: Uruguay y Costa Rica. En el resto de los países latinoamericanos, muchas democracias son caracterizadas como defectuosas o híbridas y, en la cola, cuatro regímenes de la región calificados como “autoritarios”, incluida Venezuela, que en líneas generales ocupa el puesto 151 entre el total de 167 países del mundo evaluados.

Cualitativamente, el descontento social con la democracia tiene su raíz, según analistas, en la falta de resultados para la solución de los grandes problemas de nuestro tiempo, como la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad y la violencia. Se añade a esto agravantes como la crisis de credibilidad de las instituciones, la creciente polarización afectiva, el potencial de la desinformación y el sistema de vigilancia social, que en Venezuela encuentra una expresión en el Sistema Patria.

Sobre por qué la democracia como sistema de gobierno está en crisis, Boscán coincide en la idea de la irresolución de los problemas básicos. “El momento en que nos encontramos presenta desafíos importantes desde el punto de vista humano, fundamentalmente, en el impacto de las nuevas tecnologías y las formas en que nos relacionamos. La democracia va con retraso en su proceso de adaptación ante los nuevos desafíos”, razona el profesor de Salamanca.

Pese a esto, Venezuela es el segundo país de América Latina con el más alto apoyo de los ciudadanos a la democracia, según el más reciente estudio de opinión pública Latinobarómetro, hecho en 18 países de la región por esta entidad basada en Chile.

Este reporte contextualiza que, el hecho de que en 2021 el 69 % de los venezolanos apoye a la democracia, se corresponde con los altos valores registrados en este indicador a lo largo de los años, que alcanzó su punto más alto en 2013, con 87 % de apoyo. “Parece una paradoja, pero tal vez el hecho de que el sistema democrático en Venezuela está cuestionado explique el persistente apoyo a esta forma de gobierno entre los encuestados allí”, interpretó CNN.

¿Se apoya, porque se percibe débil? Cálculos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con base en las mismas encuestas de Latinobarómetro, revelaron que 84 % de los venezolanos cree que el país “está gobernado en beneficio de los intereses de unos pocos”.

Es tendencia, de hecho, entre los latinoamericanos el rechazo a las “democracias capturadas” o, dicho de otra forma, al proceder de unas élites políticas y económicas minoritarias que defienden sus intereses desde los gobiernos en detrimento de las mayorías sociales de la región.

Las misiones de observación electoral han crecido en elecciones recientes como la de Colombia y actuales como la de Brasil | Fotografía de archivo de la MOE-OEA

La herramienta de la observación

Con este marco referencial, los sistemas electorales parecen estar pagando la insatisfacción que está produciendo la no resolución de problemas sociales por parte de los regímenes democráticos. En el mundo actual se celebran votaciones en contextos cada vez más adversos.

Es entonces cuando herramientas de la sociedad como la observación electoral, nacional e internacional, se ofrecen como contribuyentes para elevar la calidad democrática de las naciones.

La observación electoral es fundamental para generar confianza en los procesos electorales, más en democracias en proceso de consolidación, valora el profesor Boscán. Sin embargo, matiza, no podemos olvidar que la observación electoral es una solución a un problema del juego democrático. Se imponen, entonces, más retos.

“Debemos seguir trabajando en la prevención del problema, en la generación de una cultura democrática de respeto y reconocimiento mutuo en la competición electoral. Debemos fomentar el desarrollo de una cultura cívica a largo plazo”, recomienda, desde el campo académico.

Haría falta, añadimos en el OEV, repoblar la política. Unamuno escribió que lo que define a una nación es un proyecto sugestivo de vida en común; los grupos nacionales, añade, “no conviven por estar juntos, sino para hacer juntos algo”. En el marco de esta concepción podría decirse que se trata de tener conciencia de un propósito acordado colectivamente y del esfuerzo diario de todos para transitar una ruta que permita alcanzarlo. Hay, pues, que recuperar la palabra, extraviada desde hace demasiado tiempo. El diálogo y los consensos debieran signar el temperamento de nuestras sociedades, bajo los marcos del estado de Derecho y la separación de los poderes públicos.

En la América Latina de hoy la única vía reconocida por todos para acceder legítimamente a ese poder público es la vía electoral, sentenciaba este mes el secretario general de IDEA Internacional, Kevin Casas-Zamora, durante un evento del órgano electoral mexicano. “Esto hay que protegerlo a toda costa, y hay que protegerlo ahora, porque estamos viendo en algunos países de la región claros intentos por parte de algunos gobiernos y fuerzas políticas por debilitar la independencia y la credibilidad de las autoridades electorales”.

En esto, la observación electoral seguirá siendo clave. Ciertamente existen algunas democracias plenas del mundo que no gozan de una observación electoral robusta, de lo cual se desprende que no es el único descriptor de la calidad de la democracia. Pero, lo que nadie duda, es que la observación electoral sí constituye un indicador de calidad democrática cada vez más importante. Que un Estado se oponga a ella acarrea costos políticos, por lo general elevados. De ahí que concluyamos: la observación electoral es, en el mundo y la región contemporáneos, un blindaje para los sistemas democráticos.


#EntreComillas

Eso es muy importante, prepararnos para dos años claves de la revolución en lo político, prepararnos para la gran victoria de las elecciones presidenciales del año 2024 y prepararnos porque en el año 2025 hay elecciones conjuntas de Asamblea Nacional (…) gobernaciones y alcaldías, conjuntas en 2025”.

Las ideas son del presidente de la República, Nicolás Maduro. Las pronunció el pasado 12 de septiembre ante la juventud del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Sobre esto conviene hacer dos comentarios, desde el punto de vista de la observación técnica:

  • 1. Ciertamente, en atención a los lapsos de ley, las próximas elecciones presidenciales deben celebrarse en 2024, a finales de año según la tradición. Las pasadas legislativas tuvieron lugar en 2020 y, siendo el período de los diputados de cinco años, corresponden de nuevo en 2025, a fines de año. Al mismo tiempo, las más recientes elecciones de gobernadores, legisladores estadales, alcaldes y concejales ocurrieron en 2021 y, siendo sus mandatos de cuatro años, coinciden también para el año 2025. De manera que, en materia de años, esos deberán ser los del próximo ciclo electoral.
  • 2. Lo que no es correcto es que el Poder Ejecutivo adelante opinión sobre el modo en que estos procesos electorales han de celebrarse. Decidirlo es una atribución y competencia exclusiva del Poder Electoral, con base en lo que establecen la Constitución y la legislación electoral. En el pasado, acuerdos políticos sólidos, amplios e inclusivos han alcanzado la fuerza suficiente como para incidir sobre el principio de calendarización electoral.
    A lo anterior añadimos lo que establece el artículo 82 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal (2010): la elección de alcaldes y concejales será necesariamente separada de las que deban celebrarse para elegir los órganos del Poder Público Nacional.

El manejo de los tiempos técnicos y políticos es un asunto de vital importancia, porque según se definan predisponen la nivelación de la cancha del juego electoral. En el pasado hemos criticado cómo la opción oficialista ha manejado los tiempos electorales en función de sus intereses partidistas (unas elecciones han sido adelantadas y otras retrasadas), lo cual supone un ventajismo prohibido por la Constitución nacional y los estándares internacionales.

Partidos exigen fecha de primarias

En la misma fecha que Maduro hacía esta alocución, un grupo de 11 partidos políticos exigió a la oposición reunida en la Plataforma Unitaria “definir y precisar” las características y fecha de las primarias, que anunciaron hace casi cuatro meses, para elegir al candidato que se enfrentará al chavismo en las próximas presidenciales.

Se trató de una solicitud suscrita por las organizaciones políticas opositoras Unidos para Venezuela, Unidad N-O-E, Izquierda Democrática, Bandera Roja, Vanguardia Popular, Nuvipa, Fuerza Liberal, Gente Emergente, Movimiento Ecológico, Democracia Renovadora y Moverse, que recordaron, en un comunicado, el compromiso de los antichavistas de “lograr la reunificación necesaria”, reseñó EFE.

En un reciente Boletín OEV , el 88, listamos los principales dilemas y desafíos de la oposición partidista de cara a una eventual elección primaria que defina a su contendiente presidencial.

Entre tanto, el rector principal Enrique Márquez informó por Twitter a todas las personas interesadas en constituir organizaciones con fines políticos, que el proceso de recepción de solicitudes de autorización de uso de denominación provisional se ha iniciado este mes de septiembre, concluyendo el 30 de noviembre de 2022.


La reanudación diplomática con Colombia y la esperanza de actualizar el RE

El consulado venezolano en Bogotá permanece inactivo desde febrero de 2019 | Fotografía de Diego Huertas/VOA

🇻🇪 🇨🇴 | La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, tras el ascenso al poder del presidente Gustavo Petro, abre también la esperanza de que trámites consulares, como la actualización del Registro Electoral (RE), puedan ser restablecidos en el corto plazo, en garantía de los derechos político-electorales de la comunidad migrante.

De toda la migración venezolana, Colombia es el país que alberga la mayor cantidad de nacionales: por lo menos dos millones y medio, según acaban de actualizar agencias de Naciones Unidas.

De ese total aproximado, hasta el año pasado Colombia habría expedido unos 730 mil permisos de residencia y de estancia regular. Aunque se halle cuestionada su constitucionalidad, hasta ahora este es un requisito vigente para que los venezolanos en el exterior puedan inscribirse en el RE o cambiarse de domicilio para poder tener derecho al sufragio en las próximas elecciones presidenciales.

Además de la embajada en Bogotá que ocupa el diplomático venezolano Félix Plasencia, se cuentan por lo menos ocho consulados de Venezuela en territorio colombiano, localizados en Arauca, Cúcuta, Puerto Carreño, Cartagena, Inírida, Bucaramanga, Riohacha y Medellín.

Justamente el embajador Plasencia dijo tras llegar a Bogotá que una de las primeras tareas que tendrá en el cargo será reconstruir las sedes diplomáticas abandonadas, algunas “en ruinas”. Colombia y Venezuela no tenían relaciones diplomáticas desde 2019.

A venezolanos que se han acercado a consulados abiertos en Europa y en América Latina les han dicho que todavía no hay instrucción de Cancillería para activar el proceso de actualización del RE, comentó en entrevista el rector principal del CNE Roberto Picón el pasado 11 de agosto.


#ElDatoOEV

68,07 %

de los 546 chilenos residentes en Venezuela que votaron el pasado 4 de septiembre en el plebiscito constitucional rechazaron la propuesta de nueva carta magna del país sureño, frente a un 31,93 % que sufragó por el “Apruebo”. En las mesas instaladas en los consulados de Caracas y Puerto Ordaz votó la mitad de los electores inscritos.

Una tendencia que se corresponde con los resultados globales de la consulta: seis de cada diez votantes dijeron “No” al texto propuesto como nueva Constitución, con una participación de 86 % del registro de electores.

El proceso transcurrió con normalidad. “Fue un proceso de participación masiva que se desarrolló de manera pulcra, impecable y eso da cuenta que tenemos un buen Servicio Electoral y hay que legitimarlo, validarlo y apoyarlo”, valoró luego el presidente del Senado, Álvaro Elizalde.

Cuba y el Código de Familia

El domingo 25 de septiembre se efectuará en el territorio nacional cubano el referendo del cuestionado Código de las Familias y una semana antes, el 18 de septiembre, se hará la consulta en 123 centros electorales situados en sedes de misiones diplomáticas cubanas en el exterior. Uno de los objetivos de este texto es ampliar el reconocimiento de la diversidad de las familias en la isla. “¿Está usted de acuerdo con el Código de las Familias?”, es la pregunta para someter a consideración de los electores. Aunque ya fue aceptado por el Parlamento, se considerará aprobado si el “Sí” recibe más del 50% de los votos válidos depositados en las urnas. Por vez primera en su historia constitucional, Cuba aprueba un referendo legislativo. El proceso de consulta previa fue ampliamente cuestionado por no permitir la disidencia. La Constitución cubana prohíbe el pluripartidismo y otras formas de asociaciones políticas. Aunque en teoría el Partido Comunista Cubano no propone, nomina, o promueve candidaturas, controla absolutamente todas formas de acceder a los órganos del Poder Popular. Las autoridades del órgano electoral son propuestas por el presidente de la República.


Recomendación al cierre

El nuevo coronavirus no ha desaparecido del mundo, por lo que algunos laboratorios ya desarrollaron vacunas que acompasan las mutaciones del virus. REVISA ESTE TRABAJO DE BBC que responde qué son las vacunas bivalentes contra la covid y cómo protegen de todas las variantes.

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