Boletín 61 | Érase una vez… un espejo del voto en Venezuela

Primera quincena, abril de 2021

Este abril el mundo mira al cine: el domingo 25 es la ceremonia de entrega de los Óscar. Aunque “Once upon a time in Venezuela” quedó fuera de la competencia final, ha despertado un sentimiento internacional por su poderosa manera de contar y sentir el país. En Congo Mirador, el pueblo flotante zuliano que le sirve de escenario al documental, el sufragio se compraba, se ejercía bajo coerción o se intercambiaba por bolsas de comida

El comisario del pueblo en una lancha y, al fondo, parte del pueblo Congo Mirador | Fotografía de John Márquez

La directora de “Once upon a time in Venezuela”, Anabel Rodríguez Ríos, considera que con este documental quisieron poner un espejo que reflejara cómo somos los venezolanos, visto alegóricamente desde un pueblo, y con la esperanza de que esa mirada a los problemas movilice al cambio social.

Escenario en primera fila del relámpago del Catatumbo, Congo Mirador es el nombre de ese pueblo de palafitos asentado al suroeste del lago de Maracaibo y amenazado de muerte por la sedimentación. Se deben surcar hasta tres horas en embarcación para llegar a esa comunidad de la parroquia Encontrados, municipio Catatumbo del estado Zulia, entidad federal con la mayor población electoral de Venezuela.

La Asociación Nacional de Autores Cinematográficos la eligió como la cinta representante por Venezuela a la 93.ª edición de los Premios Óscar, cuya ceremonia de entrega es el domingo 25 de abril. La Academia de Hollywood la incluyó formalmente en la lista oficial de “elegibles para consideración” en las categorías de Mejor Película Internacional y de Mejor Documental. Aunque el largometraje ha participado en más de 25 festivales del mundo, desde Canadá hasta Holanda, y ha ganado más de ocho premios, con un apoyo titánico dentro y fuera del país, no ingresó a la lista de 15 preseleccionados divulgada el 9 de febrero. De hecho, ninguna de las cinco nominadas finales a Película Internacional es de habla castellana, y apenas un documental chileno será el único representante de América Latina en esta entrega.

Hacía tiempo que una película nacional no alcanzaba tanta resonancia. La crítica la ha calificado como todo un éxito, quizás como uno de los testimonios audiovisuales más importantes de las últimas dos décadas. Congo Mirador, como metáfora de un país, también puede verse como un espejo de las campañas electorales y el ejercicio del sufragio en la Venezuela contemporánea.

En este diálogo con el OEV, Anabel Rodríguez Ríos, comunicadora social por la UCAB con máster en Artes en Realización Cinematográfica en la escuela de cine de Londres, habla desde el punto de vista de una ciudadana venezolana que vivió la experiencia de asistir a Congo Mirador varias veces al año, en largas estancias, durante cinco años de grabaciones.

La directora venezolana Anabel Rodríguez Ríos y parte del equipo durante un momento del rodaje del filme en Congo Mirador. | Fotografía de John Márquez

—De esta historia podemos extraer muchas miradas en distintas materias: lo ambiental, lo político, lo sociológico, lo económico, lo migratorio, lo cultural… y también lo electoral. ¿Cuál es la lectura electoral que transmite este documental?

—Vimos un pueblo muy desasistido por el gobierno desde todo punto de vista, y solo en los tiempos de elecciones es cuando allí se apersonan sobre todo representantes del PSUV (partido de gobierno), pero también de la oposición (su alcalde es de oposición). En ese momento allí se aparecen para hacer promesas de diversos tipos y para ofrecer pequeñas dádivas; o bien cajas CLAP (programa gubernamental de alimentos) u otras cosas como por ejemplo unos trabajos que se dan allí como de brigadistas que recogen el petróleo de las playas. Entonces, es devastador verlo, porque es como una suerte de cultura de circo lo que llega allí en épocas electorales.

Creo que eso es bastante común no solo en pueblos como este, sino en muchos otros pueblos quizás se hace más notorio este tipo de cultura: que las elecciones significan que nos van a dar algo. Eso se ha internalizado de manera tal que el voto tiene un significado totalmente pervertido para un ciudadano de un pueblo como este; no hay una asociación con un deber y una forma de participar en una democracia, no. El voto es un instrumento para recibir alguna dádiva, bien sea dinero o bien sea algo que, al fin y al cabo, no es despreciable porque sirve para la sobrevivencia. En ese sentido, hay mucho comercio con los votos.

—El documental revela algunas condiciones que caracterizaron la votación específicamente en un centro electoral tan remoto y poco observado como el del Congo Mirador, durante la elección parlamentaria 2015. ¿Cuáles de esas condiciones electorales que constataron allí considera que pueden ser reflejo de los procesos electorales venezolanos más recientes?

—Uno es la coerción, la presión que recibe la gente para votar por una de las dos opciones. Algo que me llama mucho la atención es que hasta en sitios tan remotos como en el Congo Mirador hay, de hecho, una maquinaria de partidos que hace ese trabajo y, en el caso del PSUV, realmente está internado hasta en los sitios más remotos del país, como maquinaria electoral. Lo que vimos fue esa presión que recibe la gente para votar por esa opción. Es parte de la cultura decir que alguien se va al centro de votación acompañado con los adecos (porque allí a los opositores los llaman adecos) o con los chavistas para ir a votar. Y eso está muy naturalizado en ese pueblito, lo cual hace pensar que ocurre en muchos otros pueblitos de esa zona.

Otra cosa de esa elección de 2015 es lo que una señora dice en la película: con todo y que nosotros estábamos ofreciendo esto, a los de oposición no les ofrecieron ni un centavo y fíjate que llegó hasta un señor ahí y dijo ‘vengo a votar por el cambio’, porque en ese momento se dio un clima en el que se sobrepasó esa naturalización y esas presiones hasta en sitios tan remotos como en el Congo Mirador.

—En Congo Mirador, en 2015, cuatro de cada diez se abstuvieron, como indican los resultados del CNE. ¿Cuáles aprendizajes o lecciones le dejó la motivación al voto que pueda tener, o incluso perder, una población electoral palafítica, recóndita, de la Venezuela profunda?

—Hablando como ciudadana, como venezolana, doliente de todo este proceso, a mí lo que me quedaron fueron ganas de trabajar por la educación en el país. Me gustaría mucho participar en cambiar el chip mental por lo menos de las generaciones de los jóvenes y de los niños con respecto a la democracia. No solo con respecto a las elecciones, sino en general con respecto a la participación dentro de la sociedad. Lo que más me afectó fue ver cómo la gente está siempre a la espera de que alguien le solucione los problemas, eso está muy internalizado, el no asumir la responsabilidad que uno tiene y el poder que uno puede tener como ciudadano sobre su propio destino.

El tema electoral es como lo más triste, porque en el caso del Congo Mirador perdió el sentido y la responsabilidad de lo que una elección significa; es una gran mentira y un gran mercado y hay una gran desilusión también en la gente, es como que se pierde el pacto social prácticamente, no hay una credibilidad ni en los líderes ni en las instituciones.

—Precisamente, también el documental enseña comportamientos de liderazgo político local y regional. ¿Qué mensaje o reflexión quisieron transmitir sobre las formas de ejercicio del liderazgo político?

—Más que dar un mensaje, lo que quisimos fue poner un espejo que reflejara el cómo somos, visto alegóricamente desde este pueblo, pero conscientes de que muchas de esas cosas nos ocurren a todos. Quisimos poner un espejo para ver(nos) cómo somos y con la esperanza de que ese ver los problemas nos mueva al cambio. Si yo pudiese, me encantaría mostrarle esa película, por ejemplo, a (Francisco) Arias Cárdenas (ex gobernador del Zulia, quien aparece en el documental cuando recibió en Maracaibo a una comisión de Congo Mirador que le expuso la gravedad de la sedimentación del pueblo), con la idea de que eso provoque alguna reacción y, siendo aquí ingenua, pensar que eso quizás pueda mover de algún modo a la empatía.

—De todas las posibles miradas que, decíamos al principio, podemos extraer… ¿qué tantas reacciones en el público o qué tanto ha llamado la atención de la gente esta lectura electoral que ha razonado y que también caracteriza esta historia?

—Lo que ha resultado es ser un choque para el venezolano y para el que no es venezolano también. El documental ha tenido mucha exposición en otros países, y llama muchísimo la atención este aspecto de la compra de votos. He recibido comentarios de audiencias tan lejanas como la de China, porque la película la pasaron en Shanghái, y una señora escribió que era parecido allá. Sí que es chocante, pero no es algo que sorprenda. En Estados Unidos, por poner otro ejemplo, haciendo una suma de las impresiones que he recibido, me han comentado también que eso ocurre allí, quizás no tan en la cara, pero que ocurre, quizás en forma más sofisticada, la corrupción en las votaciones.

—En la votación específica que cuenta el documental, la de las parlamentarias 2015, en Congo Mirador la oposición obtuvo 160 votos (60%) y el oficialismo 107 (40%). En el voto lista, los zulianos sufragaron por Enrique Márquez, Timoteo Zambrano y Omar Prieto. Casualmente los tres, en el presente, siguen siendo personajes-noticia de la política. Pero ese centro electoral, la Escuela Básica Estadal Congo Mirador, ya no existe por las razones que quedan claras en el documental. ¿Qué sabe acerca de la garantía y también de la motivación de seguir votando por parte de quienes habitaban esta comunidad desplazada, desintegrada?

—Están desplazados, en total sobrevivencia. Por hablarte de una sola de las personas, Natalie (la maestra del pueblo y una de las protagonistas), ella después de irse de allí dio un poquito de clases en otra población llamada Ologá, y esa escuela también la cerraron por falta de gasolina. Intentó un poquitico en Colombia y se regresó. Trabaja como cocinera en una parcela en el río Catatumbo, en una situación sumamente vulnerable. Ella, que tiene una sensibilidad, una formación, está en estado de sobrevivencia total.

Tamara (líder del PSUV en el pueblo y también protagonista) sí creo que debe estar en relación con el partido, está en Santa Bárbara del Zulia. Ella y el comisario (del pueblo) fueron favorecidos con casas.

Yo creo que los habitantes del pueblo, como sociedad, perdieron integridad y perdieron interés por votar. No sé sus estatus, porque cuando hablamos con algunos congueros ellos se van o a Barranquitas (pueblo a orillas del lago) o a una zona de San Francisco (municipio al sur de Maracaibo) que se llama El Nuevo Congo. Yo creo que ni siquiera son votantes allí, habría que averiguar si es que las maquinarias locales buscan que ellos se inscriban, pero creo que no representan mucho para la gente.

Bajo el relámpago silente del Catatumbo, hay un pueblo de agua llamado Congo Mirador, al sur del Lago de Maracaibo, el mayor yacimiento de petróleo en Venezuela. Allí, la gente se prepara para elecciones parlamentarias. Para la líder chavista del pueblo, Tamara, cada voto cuenta y hace todo para obtenerlos. Para Natalie, tímidamente de oposición, la política es un arma para sacarla de su trabajo de maestra. ¿Cómo un pueblito de pescadores puede sobrevivir a la corrupción, la contaminación y la devastación política?

Sinopsis

¿Cómo verla?

Con el título ‘Once upon a time in Venezuela’, el documental, que tuvo su estreno mundial en la Competencia de Cine Documental del mundo, en Sundance 2020, ahora está disponible en las plataformas digitales ‘Películas de impacto’, de Gran Cine; ‘Cine mestizo’ y ‘Play ticket mundo’. Esas tres tienen catálogos de largometrajes, que lo incluyen.

Después de la pandemia, en algún momento los realizadores esperan hacer cinco presentaciones gratuitas en Caracas. Por lo pronto, a finales de abril, prevén dos presentaciones gratuitas en Mérida y Maracaibo. Hay más datos en las cuentas de Instagram, Facebook y Twitter de “Once upon a time in Venezuela”.

El equipo de filmación tiene abierta una colecta permanente para apoyar a los más vulnerables ex habitantes de Congo Mirador. A la fecha, en medio del pantano producto de la sedimentación queda un solo canal que conduce al pueblo, donde no quedan más de cinco habitantes, entre unas cuantas casas flotantes cerradas y solas. Algunos a veces vuelven, porque la migración es muy dura. ¿Y si a futuro, con otra situación política o económica, alguien pone una buena inversión sobre ese pueblo para que renazca de las cenizas?, se pregunta Anabel.


Con 38 nombres el segundo proceso de postulaciones

Esta es la segunda lista preliminar publicada por el Comité de Postulaciones Electorales, el pasado 10 de abril en prensa nacional

El Comité de Postulaciones Electorales publicó el pasado sábado 10 de abril la lista de candidatos del llamado segundo ciclo de postulaciones a rectores del Consejo Nacional Electoral. Un total de 38 nombres de igual número de venezolanos superaron el proceso de evaluación dentro de ese grupo inicial de 44 inscritos.

La posibilidad de reabrir el finalizado lapso de postulaciones a nuevos integrantes del CNE fue un pedido en el que coincidieron el presidente y vicepresidente del Comité, de bancadas distintas en la Asamblea Nacional, poder público que aprobó un exhorto al Comité solicitando que se estudiara esta posibilidad, debido a inconvenientes derivados de la pandemia. Durante 14 días esta instancia abrió la posibilidad de volver a postular candidaturas, y así resultaron:

35

candidatos postulados por organizaciones de la sociedad. Siete mujeres y 28 hombres. Se cuentan, entre otros, algunos ex ministros, ex alcaldes, actuales rectores suplentes, funcionarios del ente electoral e incluso algunos diputados de esta legislatura de la Asamblea Nacional.

Como establece el artículo 9 de la Ley Orgánica del Poder Electoral (LOPE), los rectores electorales no pueden estar vinculados a organizaciones con fines políticos y, al ejercer sus funciones a dedicación exclusiva, tampoco podrán ejercer otros cargos públicos.

3

candidatos postulados por las facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas de las universidades. Todos hombres. Se trata de dos que en la primera lista también habían sido postulados por organizaciones de la sociedad (nada impide en la legislación que alguien sea postulado por dos sectores distintos), y un ex diputado de la legislatura pasada de la AN que también se ha desempeñado como técnico y representante de partidos ante el CNE.

Los días 7 y 8 de abril se dio esta segunda tanda de entrevistas presenciales y virtuales. Tras la publicación de la lista, el pasado 10 de abril, corren los lapsos de ley: seis días para que por escrito sean presentadas objeciones ante el Comité, y seis días más para que los postulados que sean objetados consignen sus descargos o argumentos.

Cuando se agoten ambos lapsos, el Comité se volverá a reunir para evaluar y entonces se sabrá finalmente cuántos postulados de este segundo proceso se mantienen. Sus nombres serán juntados con los 67 candidatos de la primera lista, y se generará entonces un listado unificado que el Comité prevé presentarle a la plenaria de la AN en la sesión del próximo martes 27 de abril.

El trabajo del Comité de Postulaciones Electorales es técnico-jurídico, aclaró el presidente de esta instancia, Giuseppe Alessandrello. “La AN en pleno decide quién de esas personas que avanzaron hasta ese momento deben ser los rectores y rectoras del Poder Electoral. Es decir, la decisión de quiénes son es una decisión política de la AN; el trabajo de nosotros es un trabajo técnico-jurídico y la AN en pleno decide de forma política quién de esos ciudadanos que presentamos nosotros van a ser los futuros rectores y rectoras del CNE”, dijo el 13 de abril en entrevista con VTV.

La AN, una vez reciba por secretaría la lista de candidatos, debe designar a los rectores 5 rectores principales y sus 10 suplentes dentro de un lapso de 10 días continuos, de conformidad con la LOPE. Es decir, entre los últimos días de abril y la primera quincena de mayo este procedimiento de designación verá desenlace, toda vez que el Parlamento ha decidido no sesionar en semanas de cuarentena radical de este tiempo de pandemia.

Se impone la necesidad de que los actores políticos acuerden un CNE que goce de la más amplia aceptación entre los distintos sectores de la vida nacional, una responsabilidad que, finalmente, recaerá sobre la actual mayoría oficialista de la AN. Como indicamos en nuestro anterior boletín, una designación equilibrada, dotada de contrapesos, puede asomar la posibilidad de unas elecciones que le den bases a la resolución de la crisis política; origen, como se ha señalado insistentemente, de la crisis general que sufre el país en todos sus ámbitos.


Las próximas elecciones, en tres momentos

El 7 de abril, durante una intervención en el Seminario de Política, Participación, Ciudadanía e Innovación Social del Congreso Bicentenario de los Pueblos, Nicolás Maduro incluyó en una mención a la próxima cita comicial todos los cargos ejecutivos y legislativos estadales y municipales.

“Estamos en una etapa donde hay que construir lo nuevo. Ayer estuvimos haciendo el diseño. Este año, ustedes saben, Venezuela tiene elecciones para las 23 gobernaciones de los 23 estados del país, y tiene elecciones para las 335 alcaldías. Además, se eligen en los 23 estados los diputados y diputadas de los consejos legislativos de cada estado, y se eligen los concejos municipales de los 335 municipios. Ya nosotros estamos preparando nuestros equipos, estamos ya evaluando los candidatos o las candidatas en cada gobernación, en cada alcaldía, cuáles son los candidatos o las candidatas que tienen el perfil, el apoyo popular… vamos hacia un proceso profundo de liderazgo renovado”, dijo el jefe de Estado.

La oferta principal en la próxima campaña oficialista: un “nuevo modelo de gestión de democracia directa”, donde el pueblo fije prioridades, necesidades, líneas de acción y reciba recursos y presupuestos. Para eso serán, adelantó Maduro, el Congreso Bicentenario de los Pueblos y la próxima aprobación en la AN de una Ley Orgánica de Ciudades Comunales.

Maduro ratificó este más reciente comentario en una alocución el pasado 11 de abril: “Este CNE que se va a elegir va a regir las elecciones de Venezuela durante los próximos siete años (…) incluyendo las elecciones de gobernadores, alcaldes, consejos legislativos y concejos municipales que va a haber este año, este año. Parece que van a ser conjuntas, esperemos los anuncios del nuevo CNE una vez nombrado”.

Sin embargo, en dos momentos anteriores de este año 2021, Maduro ha adelantado posturas distintas en relación con los próximos procesos electorales que debe cumplir Venezuela.

Durante el acto del 23 de enero, el mandatario expresó: “La oposición está proponiendo que hagamos elecciones conjuntas de gobernadores y alcaldías. A mí no me gusta mucho la idea, la ley no lo permite, porque dice que en un acto debe elegirse la autoridad regional y en otro acto debe elegirse el alcalde, pero eso está en debate. No me corresponderá a mí decidir, yo podré opinar. Le corresponderá a la AN y al nuevo CNE fijar la fecha de las elecciones y decir si en el 2021 elegimos solo gobernadores o vamos a una megaelección de gobernadores y alcaldes. Sea como sea, hay que prepararse”.

Y en rueda de prensa, este 17 de febrero, Maduro comentó: “Se ha propuesto hacer las elecciones de gobernadores y alcaldes juntas, y el próximo año hacer las elecciones de consejos legislativos y concejos municipales”. Esto ameritaba una reforma de la legislación electoral que, semanas después, sancionó el Parlamento. “Si me preguntaran mi opinión, yo diría sobre la elección unificada de gobernadores y alcaldes que estoy de acuerdo que se haga unificada, estoy totalmente de acuerdo”.

Es función constitucional atribuida de manera exclusiva al Consejo Nacional Electoral la de organizar, administrar, dirigir y vigilar todos los actos relativos a la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos, así como de los referendos.

Tipo de elección¿Cuándo se celebró la más reciente?Periodo, según la Constitución
Gobernadores15 de octubre de 2017 (ver informe de observación del OEV)Cuatro años
Diputados a consejos legislativos estadales20 de mayo de 2018 (ver informe de observación del OEV)Cuatro años
Alcaldes10 de diciembre de 2017 (ver informe de observación del OEV)Cuatro años
Concejales de los concejos municipales9 de diciembre de 2018 (ver informe de observación del OEV)Cuatro años

Lo señalado anteriormente muestra que las decisiones de cuándo se celebra una elección en Venezuela durante los últimos años han parecido tener basamento político-partidista. Ha sido recurrente cómo el gobierno acostumbra a elegir el momento político que mejor se adapte a sus circunstancias para hacer elecciones, dejando en segundo plano la letra jurídica. Sucedió, por citar un par de casos, con la elección de gobernador de 2017, retrasadas un año en relación con su periodo constitucional, o con las cuestionada presidencial de 2018, adelantada varios meses, como ya hemos explicado en boletines anteriores.

Al analizar el punto de la fecha de las elecciones a la medida, como acto de ventajismo, el OEV ha documentado en informes de observación cómo anteriores administraciones del CNE han actuado con discrecionalidad, en beneficio del partido de gobierno y dificultando la participación de otros actores políticos. ¿Cuál será el comportamiento del próximo directorio?

Oposición acuerda coalición más amplia

Diez partidos políticos de la oposición mayoritaria comunicaron el 6 de abril su acuerdo para reconfigurar la alianza unitaria y construir una “coalición más amplia con la sociedad civil para lograr elecciones libres y ayuda humanitaria”.

Las directivas naturales legítimas de Acción Democrática, Copei, Primero Justicia y Voluntad Popular, cuatro partidos intervenidos por el TSJ, junto a Un Nuevo Tiempo, también integrante del llamado “G-4”, y las formaciones políticas CausaR, Convergencia, Encuentro Ciudadano, Movimiento por Venezuela y Proyecto Venezuela suscribieron este anuncio, mostrándose abiertos a incluir más.

Sus dirigentes asumen como objetivo prioritario el de “la convocatoria y realización de elecciones libres, justas y verificables, con observación y reconocimiento internacional, para que el pueblo recupere su soberanía a través de elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y municipales”, se lee.

Confirman así estos actores nacionales una novedad que 12 días antes había revelado el embajador para la Oficina Externa de los Estados Unidos para Venezuela, ubicada en la Embajada en Bogotá, James Story, y que en redes y mensajería circuló bajo las siglas extraoficiales NELA, en alusión a una “nueva alianza para elecciones libres”.


Tres países de la región votaron en plena ola pandémica

Ecuador

La victoria del exbanquero Guillermo Lasso en ECUADOR supone un duro revés para el expresidente Rafael Correa en la figura de su candidato Andrés Arauz. Lasso venía de perder en la primera vuelta con diferencia de 12 puntos, pero en el balotaje del 11 de abril sacó 5 puntos de ventaja. El voto nulo, que promovió el ex candidato de la primera vuelta Yaku Pérez, alcanzó 16%, superando así su techo histórico de 11%.

La jefa de misión de la OEA, Isabel de Saint Malo, realiza un recorrido de observación del proceso electoral en el Colegio San Gabriel, en Quito | Fotografía de la agencia EFE

En sus informes preliminares, cuatro misiones de observación internacional coincidieron en valorar la rapidez en la entrega de resultados. El Grupo Idea indicó que las normas de bioseguridad se cumplieron a cabalidad, en tanto que para el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela) primó el “autocuidado”. También fueron veedores Mercosur y OEA. Para corregir las aglomeraciones de la primera vuelta, la autoridad electoral modificó el protocolo y, entre otros cambios, eliminó el exhorto de acudir a votar según el número de cédula, informó El Comercio de Quito.

Tras conocer su victoria, Lasso dijo que regularizará a los migrantes venezolanos; según las autoridades, más de 350.000. También declaró que invitará a su ceremonia de investidura el 24 de mayo al opositor Juan Guaidó.

Perú

Pedro Castillo, partidario de nacionalizaciones y de convocar a una Asamblea Constituyente, y Keiko Fujimori, defensora de la economía de libre mercado, se enfrentarán el 6 de junio en la segunda vuelta presidencial que amenaza con polarizar al PERÚ, en permanente crisis políticas durante los últimos años. Ambos encabezaron, con 19% y 13% respectivamente, el escrutinio de la primera vuelta presidencial del 11 de abril, que contó con un récord de 18 candidatos y ningún favorito, informó la AFP. Hasta cinco aspirantes confirmaron contagio de covid-19.

Este es el protocolo de bioseguridad que instruyó la autoridad electoral peruana para los observadores electorales | Infografía de la ONPE

La misión de la OEA observó que, producto de las demoras en la conformación de las mesas, hubo largas filas fuera de locales de votación en la mañana, pero eran lo suficientemente amplios para mantener el distanciamiento y las mesas contaban con elementos de protección en plena segunda ola, con promedio la última semana de 300 fallecidos por día. La MOE-OEA valoró que la autoridad electoral ampliase en más de 100% la cantidad de locales de votación, pero advirtieron confusión entre algunos electores. Lamentaron que el cómputo de los resultados avanzó lentamente, reseñó El Comercio de Lima.

Los peruanos en el exterior por primera vez eligieron a dos representantes para el Congreso; un legislativo que queda ampliamente fragmentado (hasta 11 bancadas) en un Perú sumido en una crisis política que vio pico en noviembre pasado, cuando la nación tuvo tres presidentes en cinco días.

El nuevo Congreso peruano tendría esta fragmentada conformación, de acuerdo con estimaciones de la unidad de datos del diario limeño La República.

El partido del presidente Luis Arce perdió en las cuatro gobernaciones sometidas a segunda vuelta el 11 de abril en BOLIVIA. Los candidatos oficialistas admitieron su derrota, por hasta 14 puntos porcentuales en los cómputos preliminares, informa el medio boliviano El Deber.

La Uniore y la OEA confirmaron misiones de observación en La Paz, Chuquisaca, Pando y Tarija. La Unión Interamericana de Organismos Electorales destacó en su informe preliminar la alta participación ciudadana (83%, según la autoridad electoral, 3 puntos menos que en la primera vuelta del 7 de marzo) y la rapidez de los tribunales electorales departamentales.

El voto en Bolivia es obligatorio para sus 7,1 millones de electores. El certificado de sufragio es solicitado para realizar trámites en instituciones públicas o acciones dentro de la banca. Pero, por la pandemia, los mayores de 60 años de edad quedaron no obligados a presentarlo.

Cerrado el círculo de las elecciones subnacionales, de los 9 gobernadores electos solo 3 son oficialistas. El partido MAS ganó la presidencia por amplio margen apenas en octubre de 2020, luego de los fraudulentos comicios de 2019 que derivaron en la renuncia de Evo Morales, mentor político de Arce.

En estos tres procesos electorales hubo plural observación electoral nacional e internacional. En ningún caso los resultados fueron cuestionados.

Para cerrar, este dato: medios informaron que en la región boliviana de Pando “el personal de salud de la Policía Boliviana entregó Ivermectina, como medida de prevención, a los efectivos policiales antes de que se desplacen a los diversos recintos”. Esta noticia refuerza la importancia de contar con protocolos ampliamente consensuados y aprobados por expertos, pues en varios países existe contraindicación fundamentada sobre el uso de este fármaco como tratamiento del covid-19. Bolivia cuenta tres elecciones en tiempo de pandemia.


Recomendación al cierre

Un Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19 requiere tomar en cuenta el contexto político, social y económico del país. La Academia Nacional de Medicina de Venezuela lo traza en su más reciente BOLETÍN, en el cual afirman que “la sociedad civil tiene un papel importante en asegurar que el acceso a vacunas se realice de manera eficiente y equitativa en toda la población, sirviendo al mismo tiempo de facilitador y veedor del proceso”.

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